ESP | ENG | POR  En Vivo |

 

Niñez y Adolescencia de América Latina y el Caribe dialogan con la Corte IDH

 

El martes 16 de noviembre se llevó a cabo el tercer Diálogo sobre la Niñez y Adolescencia de América Latina y el Caribe y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La Corte IDH, junto a la Fundación Paniamor, Save the Children y la Cooperación Sueca, realizaron el panel con el propósito de buscar promover un acercamiento entre las niñas, niños y adolescentes y la Corte IDH. Los y las jóvenes pudieron conversar con las autoridades de este Tribunal sobre las experiencias, propuestas e inquietudes para generar condiciones que favorezcan la participación ética, segura y significativa de los menores de edad en sus mecanismos.

A través de una escucha activa, se reflexionó sobre los logros alcanzados y los puntos a mejorar para garantizar los derechos de la niñez. El objetivo es visibilizar los principales problemas de los jóvenes que reflejan violaciones a sus derechos, con el fin de que la Corte IDH los conozca y, en conjunto con las organizaciones, puedan trabajar en simultaneo para hacer valer los derechos de todas las niñas, niños y adolescentes.

La actividad comenzó con la bienvenida de la Sra. Milena Grillo, Directora de Estrategia e Innovación de la Fundación Paniamor, la Sra. Rebeca Arévalo, representante de REDNNyAS y del Dr. Ricardo Pérez Manrique, Juez de la Corte IDH.

En su primera intervención, el Juez Pérez Manrique afirmó que: “asumimos un compromiso con la infancia, la necesidad de abrir los escenarios y los más amplios espacios de audición, pero también de cooperación y de intercambio recíproco”. A su vez, también aseguró que este diálogo se va a mantener a lo largo del tiempo porque para la Corte Interamericana es esencial escuchar las voces de los y las jóvenes y tener presentes sus opiniones, tal como lo dice la Convención de los Derechos del Niño cuando habla de que los niños y adolescentes son sujetos de derechos. “Su interés superior debe ser debidamente tenido en cuenta. Hoy nuestra función fundamental es oírlos”.

El primer bloque denominado “Participación de niñas, niños y adolescente en la Opinión Consultiva número 29”, contó con las ponencias de adolescentes pertenecientes a la plataforma NNAPES, que comentaron sus vivencias y recomendaciones.

En esta oportunidad, las voceras fueron Constanza Silva de 17 años, proveniente de Chile y Matilde Raw, también de 17 años, desde Nicaragua. Ellas dividieron sus recomendaciones en tres momentos: etapa previa a la participación de eventos, etapa de participación de la Corte IDH y etapa post participación. Una de sus propuestas fue la de sensibilizar y capacitar al personal de la Corte IDH sobre ser niña, niño y adolescente y generar las condiciones para que se asegure su participación en las actividades.

En el segundo bloque se conversó sobre la participación de los jóvenes en los tribunales internacionales. Para ello, Soraya Long, de Paniamor, expuso que “sabemos sobre buenas prácticas para la participación real de niñas, niños y adolescentes en órganos internacionales de protección de derechos humanos”, llegando a la conclusión de que no se trata de una justicia especializada, sino de una atención especializada y diferente.

Posteriormente, Diana Cordero, mencionó los aportes desde REDNNyAS sobre su experiencia de participación en el Comité de Derechos del Niño y el Consejo de Derechos Humanos (EPU).

Luego de estas exposiciones se dio lugar a un espacio de consultas realizadas por representantes de las redes de niños, niñas y adolescentes. Dentro de las preguntas realizadas se destacaron “¿cuáles son los mecanismos que deben tener las organizaciones de niños, niñas y adolescentes, para presentar denuncias en torno a la vulneración de sus derechos?” y “¿cómo podría intervenir la Corte IDH en situaciones que pasan en Perú sobre todo con el matrimonio de menores, que no permite que muchos jóvenes, sobre todo los más vulnerables, puedan desarrollarse y sobresalir en iguales condiciones?”

Sobre esto, el Dr. Pérez Manrique mencionó que el Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas tiene la posición de que el matrimonio debe ser autorizado después de los 18 años de edad. “Esto tiene que ver con el hecho de que el matrimonio de niñas concretamente, lleva muchas veces a condiciones de abusos, de maltratos y negociaciones entre adultos (…), que terminan siendo una verdadera afectación a sus derechos, como no puede ser de otra manera porque afecta desde el derecho a la decisión, el derecho a la autonomía, pero fundamentalmente su integridad física, psicológica y sexual.” También aclaró que la Corte IDH no tiene la posibilidad de tomar la iniciativa propia para asumir un asunto, sino que hay que pasar por un paso previo para presentar las denuncias, ya que no se puede acceder de manera directa a este ente.

El Juez Pérez terminó su participación diciendo que “cuando iniciamos este evento, dije que nosotros veníamos con nuestros ojos y oídos abiertos para escuchar todas las sugerencias y anotamos debidamente todas las sugerencias de cómo tenemos que relacionarnos antes, durante y después. Esto para nosotros es sumamente importante. Ha habido un gran avance en los sistemas nacionales de justicia y en el Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos. Se tiene que prestar una especial atención a estos avances e incorporarlos en su funcionamiento”.

El bloque de cierre fue conducido por el Sr. Jorge Freire de Save the Children. Se hizo una entrega formal de documentos a la Corte IDH y se le volvió a dar la palabra a los adolescentes para que hagan una reflexión de las exposiciones hechas. “Somos el presente y aún queda mucho por seguir trabajando”, concluyeron.

Gracias a estos encuentros se da la posibilidad de generar nuevas formas de relacionamiento que permiten encontrar caminos cada vez más efectivos para que los mecanismos que existen hoy puedan ser cada vez más permeables y amigables para que los niños, niñas y adolescente puedan estar presentes no como objetos sino como sujetos de derechos activos.

“Tenemos que seguir avanzando en esta mirada y en la capacidad de poder abrirnos, salir de esas estructuras internalizadas que tenemos y poder integrar a las generaciones en este encuentro intergeneracional, no como adultos y jóvenes, sino como ciudadanas y ciudadanos con el compromiso de trabajar juntos por los derechos de las niñas, niños y adolescentes”, indicó Freire.